Una Voz

Antonio Dal Masetto

El teléfono sonó pasada la medianoche. Atendí y oí la voz de una nena:

— Abuelo, soy yo.

— No soy tu abuelo — le contesté —, ¿con qué número querés hablar?

Pero no me escuchó porque su voz llorosa se mezcló con la mía para decirme:

— Abuelo, te llamo porque tengo miedo.

Ya no insistí tratando de explicarle que no era el abuelo y pregunté:

— ¿Con quién estás?

— Sola.

— ¿No hay nadie en tu casa?

— No.

— ¿Y tu mamá?

— Mi mamá salió, se va por ahí y vuelve tarde.

— Es bastante tarde, ya debe estar por llegar.

— ¿Y si no llega?

— En algún momento va a llegar, no tenés que preocuparte, tendrías que irte a la cama y dormir.

— Vos, cuando eras chico y te dejaban solo, ¿te morías de susto?

— No.

— Yo sí.

— A mí me parece que deberías acostarte y dormir. Cuando despertés tu mamá va a estar con vos.

— Me siento sola, tengo miedo.

— ¿Miedo de qué?

— De que me agarren, de que me pase algo, y también tengo miedo de que le pase algo a mi mamá.

— No le va a pasar nada a tu mamá.

— Si hoy no viene, mañana vas a tener que venir a buscarme porque quiere decir que le pasó algo.

— Ya vas a ver que no le pasa nada.

— Hay ruidos, me dan miedo.

— Son solamente ruidos.

— Quisiera que vengas para no sentirme sola.

— Tenés que tranquilizarte.

— Yo trato de estar tranquila, pero igual me da miedo, oigo pasos y estoy temblando de miedo.

— Conversá conmigo, no tengás miedo.

— Tengo miedo de los ruidos.

— Ya te dije, no son más que ruidos.

— Voy a contarte algo, pero no tenés que decírselo a mi mamá.

— ¿Qué es?

— Hoy lloré mucho.

— ¿Por qué?

— Porque me siento sola. Cómo quisiera que pudieses venir para acá. ¿Podemos charlar un poco más?

— Charlemos todo el tiempo que quieras. Pero me parece que estás muy cansada y tenés que ir a dormir.

— Sí, abuelo, pero lo que pasa es que cuando me siento sola y tengo miedo no puedo dormir y tiemblo. Cuando estoy hablando con alguien, aunque sea por teléfono, no me siento sola.

— Entonces sigamos hablando.

— Abuelo, oí un ruido en la puerta de la otra habitación.

— Tranquila, es tu imaginación.

— Abuelo, cómo quisiera que estés acá.

— Estamos hablando.

— Por favor, no nos quedemos callados, oigo pasos, oigo ruidos, quisiera salir de esta casa.

— A lo mejor es tu mamá que vuelve.

— No, no es mi mamá — llora —. ¿Y si le pasó algo?

— No le va a pasar nada. Tu mamá está bien.

— Sí, mi mamá está bien, está bien de salud, lo que no me gusta es que me deje acá sola. Tengo mucho sueño, pero no puedo dormir porque necesito estar con alguien, me da miedo, ¿me entendés, abuelo?

Ya no pude contestarle porque se cortó la comunicación. Durante un rato esperé junto al teléfono. Me decía: imposible que acierte por segunda vez con este número. En efecto, no hubo otro llamado.

 

A Voice

Translated by Robert Marshall

— The phone rang after midnight. I waited and heard a little girl’s voice.

— Grandfather, it’s me.

— I am not your grandfather, I replied. What number were you trying to call?

But she didn’t hear me. She was crying. She said:

— Grandfather, I called you because I am afraid.

I didn’t try to explain again that I was not her grandfather. I asked:

— Who is with you?

— I’m alone.

— There’s no one else in the house?

— No.

— And your mother?

— My mama went out and she’s late coming back.

— It’s pretty late. She should be home soon.

— And if she doesn’t come?

— She’ll be back any moment, you don’t have to worry, you should go to bed and sleep.

— When you were a little boy and they left you alone, would you die of fright?

— No.

— I would.

— You should put yourself to bed and go to sleep. When you wake up your mama will be with you.

— I feel alone, I am afraid.

— Afraid of what?

— Of something grabbing me, something happening to me, and also I’m afraid of something happening to my mama.

— Nothing is going to happen to your mama.

— If she doesn’t return, tomorrow you have to come to look for me because you’ll want to know what happened.

— I already know that nothing will happen.

— There are noises, they frighten me.

— They are only noises.

— I wish you could come so that I wouldn’t feel alone.

— You have to calm yourself.

— I try to stay calm, but still I’m afraid. I hear footsteps and I’m trembling from fright.

— Talk to me. Don’t be afraid.

— I am afraid of the noises.

— I already told you, they are only noises.

— I am going to tell you something but you must not tell mama.

— What is it?

— I cried a lot today.

— Why?

— Because I felt alone. How I wish that you could come here. We can talk a little more?

— We can talk as long as you want. But it sounds to me like you are very tired and you need to go to sleep.

— Yes, grandfather, but what happens is that when I feel afraid I’m not able to sleep and I tremble. When I am talking with someone, even on the phone, I don’t feel alone.

— Then we will keep talking.

— Grandfather, I heard a noise at the door in the other room.

— Calm down. It’s your imagination.

— Grandfather, how I wish you were here.

— We are talking.

— Please, don’t let us be quiet, I hear footsteps, I hear noises. I want to leave this house.

— It’s probably your mama returning.

— No it’s not my mama — she cries — and if something happened to her?

— Nothing is going to happen to her. Your mama is fine.

— Yes, my mama is fine, she is in good health, what I don’t like is that she leaves me here alone. I have many dreams, but I’m not able to sleep because I need to be with someone, I am afraid, do you understand, grandfather?

I couldn’t reply because the line was cut off. I waited for a while next to the phone. I told myself: it’s impossible that she’ll guess this number again. There was no other call.

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