Escarabajo
Beso el escarabajo. Se disuelve
en algo que percibo dentro de mí,
en algo sin nombre. Se desvanece.
Es incorpóreo, lleno de espejos sin sílabas.
Paso a paso reconstruyo las sensaciones
despiertas, talladas de tacto, amordazadas
de instante. El recuerdo de la vigilia
se mantiene despierto, alerta al camino
pisado en la noche. Despierto en las manos
del desván, invisible para emprender el vuelo
en el delirio. Volamos a los signos de las arcas.
Y sin lenguaje nos anclamos en la incertidumbre
de una piedra de escarabajo.