La Merienda

Andrea Cote Botero

También acuérdate, María,

de las cuatro de la tarde

en nuestro puerto calcinado.

Nuestro puerto

que era más bien una hoguera encallada

o un yermo

o un relámpago.

 

Acuérdate del suelo encendido,

de nosotras rascando el lomo de la tierra

como para desenterrar el verde prado.

 

El solar en donde repartían la merienda,

nuestro plato rebosante de cebollas

que para nosotras salaba mi madre,

que para nosotras pescaba mi padre.

 

Pero a pesar de todo,

tú lo sabes,

habríamos querido convidar a Dios

para que presidiera nuestra mesa,

a Dios pero sin verbo

sin prodigio

y sólo para que tú supieras,

María,

que Dios está en todas partes

y también en tu plato de cebollas

aunque te haga llorar.

 

Pero sobre todo

acuérdate de mí y de la herida,

de antes de que pastaran de mis manos

en el trigal de las cebollas

para hacer de nuestro pan

el hambre de todos nuestros días

y para que ahora,

que tú ya no te acuerdas

y que la mala semilla alimenta el trigal de lo desaparecido

yo te descubra, María,

que no es tu culpa

ni es culpa de tu olvido,

que es éste el tiempo

y éste su quehacer.

 

Afternoon Snack

translated by Olivia Lott

Remember too, María,

four in the afternoon

at our port in ashes.

Our port

which was more like a fire run aground,

or a barren land,

or a flash of lightning.

 

Remember the ground set to flames,

how we scratched the earth’s back

as if to dig up a green meadow.

 

The patio where snacks were handed out,

our plates brimming with onions

that my mother salted for us,

that my father fished for us.

 

But in spite of it all,

you know this,

we would’ve wanted to invite God

to sit at the head of our table,

God but with no words

no miracles

and just so you’d know,

María,

that God is everywhere

and on your plate of onions, too,

even if it makes you cry.

 

But most of all

remember me and the wound,

from before they grazed on my hands

in the onion field

to change our bread to

our daily hunger.

And so that now,

since you can’t remember anymore

and bad seeds nourish the field of what has disappeared

I can show you, María,

that it’s not your fault,

it’s not about you forgetting,

that this is the time

and this is its task.

 

about the author