“no flota por los aires”
i.
al considerar los valores de uso,
se presupone siempre su carácter
determinado cuantitativo, tal como
la docena de veces que pasé la estatua
de albizu sin verla, una fábrica de
atún, una tonelada de tiburones que comen
del desagüe, etc. la fictio iuris
prevalece en mí ya que no poseo un
conocimiento cabal sobre los tiburones,
ni cómo la fábrica desbalancea el
ecosistema costero [ni cómo desbalancee
el ecosistema familiar de mi segunda
novia cuando comía del desagüe. el
cuerpo mismo de una mercancía es pues
un valor de uso o un bien. el valor de
uso se efectiviza únicamente en el
uso o en el consumo.] examinemos la
cosa con cautela.
ii.
una mercancía individual, por ejemplo,
una peseta de pan de agua, se intercambia
por otros artículos en las proporciones
más diversas. por las mañanas hablando
sobre el pago impostergable finalmente
reemplazado por las siglas t.d.t.
el te. debo. tanto. tiempo de mi día
se intercambia por una llamada a la
oficina del desempleo que cualquiera
diría nada tiene que ver con el pan
de agua ni con un expreso fuerte sin
leche. no obstante, cosa faucebunda,
su valor de cambio se mantiene inalterado,
ya sea que se exprese en x pan de agua,
y minutos de llamada, z t.d.t., etc., donde
x es igual a y es igual a z es igual a cero.
iii.
debe (sí debe), por tanto, poseer un
contenido diferenciable de estos diversos
modos de expresión. tomemos otras dos
mercancías, por ejemplo, el adoquín y
su poequivalente: el adoquín añorado.
sea cual fuera su relación de cambio,
podemos crear una formulita que dice:
1 adoquín = 1000000000000000 aa
pero estas cosas, siendo tan distintas
como lo son el 2 y el 3 de agosto
como lo son cnn y noticentro, como lo
son la corporación para el financiamiento
público y el banco gubernamental de
fomento, como lo son el colonialismo
español y el gringo, tienen que ser
equivalentes a una tercera cosa, tienen que
ser reducibles a esa tercera cosa. un
sencillo ejemplo geométrico nos
demuestra que los triángulos como los
adoquines requieren algo en común para
participar del intercambio numérico.
ese algo en común no puede ser natural
ni corpóreo. no contiene ni un solo
adoquín de valor de uso.
iv.
llamamos trabajo útil al trabajo cuya utilidad se
representa en el valor de uso de su producto
como efecto útil. esta utilidad se manifiesta mediante
una división social del trabajo. un conjunto de trabajos
útiles disímiles, igualmente diferenciables,
radialmente distintos, llevó a tití teresa a trabajar
en la tunera. sin embargo, no fue teresa quien me
contó sobre el desagüe, pues ella apenas discutía
el trabajo, aunque su ropa olía siempre a atún y
cambiaba de jabones como mercaderes cambian
de mercancías, como un sistema multi-membre
cambia de rama productiva, como se cambia de
profesión especial cuando no se encuentran
trabajos, como se aprende un oficio desconocido
cuando se necesitan latas de pescado (serás sesenta
y cinco centavos), como se adiestra uno al hedor
del abrazo cuando viene de quien valora lo debido.